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JULIAN ASSANGE Y SU ASILO POLITICO

  Realmente ha sido una sorpresa que el defensor de la libertad de información, se escude en un asilo político para evitar comprobar que es perseguido por los Estados Unidos de Norteamérica. Desde que en el 2010, ante la fiscalía de Suecia, se le denunció por supuestos delitos de indole sexual, el señor Assage, ha insistido que es inocente y que es víctima de una persecusión por su relación con la publicidad de cientos de documentos de las autoridades de los Estados Unidos, en politica exterior. 

   Al llegar a Inglaterra, se enfretó a un proceso de extradicción, que de antemano sabía sería aceptado por las autoridades inglesas. ¿Por qué?  En Europa, hay convenios para llevar a la justicia a quienes son solicitados por las autoridades judiciales.  Era de esperarse que sin prueba alguna de la supuesta persecusión política, la Corte Suprema Inglesa, admitiría la petición sueca de extradicción. Así que la última ficha por jugarse, era refugiarse en una Embajada.

   ¿Realmente hay algún tinte político detrás de todo esto?


 El señor Assange, no es periodista, pero aprovecho que individuos ligados a la custodia de documentación sensible de los Estados Unidos, lo contactaran para entregarle miles de documentos relacionados con las actividades militares y diplomaticas de la gran nación de Norteamérica.  Sin importar si hubo o no dinero de por medio, lo cierto es que el señor Assange, tenía conocimiento que esa información no fue obtenida en forma legítima, es decir, por parte de las autoridades que podrían haber autorizado su entrega.

    ¿Qué pasa cuando se adquiere un objeto hurtado o robado?  No solo es culpable quien cometió el delito sino quien con previo conocimiento sabía de la dudosa procedencia.  Es lo que había sucedido en el caso del Vaticano, donde un empleado de confianza del actual Papa Benedicto XVI, sustrajó correspondencia privada, y la entregó a un medio de comunicación escrito.  ¿Debe aplaudirse esos actos?

    Lo hecho, hecho está.  Wikileaks, publicó imagenes y documentos sobre la política exterior de los Estados Unidos.  ¿Debió el señor Assange, haber consultado a las autoridades norteamericanas sobre la veracidad de los mismos?  El comunicador o periodista, no solo busca la información de fuentes confiables sino que tambien busca la versión de la otra parte, previo a publicar la noticia.  Tal situación no sucedió, porque el señor Assange, sabía las repercusiones al develar el contenido de lo que se le había entregado.

     Al igual que el dueño de lo hurtado, los Estados Unidos, tiene todo el derecho de juzgar y castigar a los culpables, y no solo a los autores materiales sino a los intelectuales, facilitadors o cómplices.  El resto del mundo podemos estar felices que alguien revelara los "secretos" del pentagono o de la Casa Blanca. Hay mucho anti cuerpos contra la política exterior de los "imperialistas", desde el grupo Alba en Sur américa, hasta fanaticos socialistas en Europa y Asia.  Pero, ello no significa que el derecho a la restitución y al castigo sea una quimera, o sea olvidado.

      Hasta el Robin Hood, de los cuentos fue perseguido por la Autoridad, aún que fuera sus buenas intenciones robar para entregar a los más necesitados.


     Ecuador, como país miembro del Alba en Sur América, no pudo tener la mejor oportunidad de desafiar a no a Suecia ni a Inglaterra, sino a los Estados Unidos, su rival natural de las políticas económicas del siglo moderno.  La sustracción de información es un delito común, aunque esta se trate de documentos oficiales de la Secretaría de Estado o Militar.  La adquisición de esta información, es un delito, porque no fue entregada por su titular. Antes de estos sucesos lamentables, Assange, no significaba interés alguno para los Estados Unidos.

     Es cierto, que el señor Assange, no hackeó las bases de datos de los Estados Unidos, pero tampoco detuvo la dinámica de quienes lo hacían al enterarse la información que le estaba siendo entregada. La consintió y la animo a que continuara para seguir alimentando la curiosidad o el morbo de los lectores de Wikileaks.  Bien, así como Aministía Internacional, saco provecho de esa información sobre los detenidos en Guantanamo, Cuba, y que muchos países conocieran que piensan los embajadores estadounidense de la política de los gobiernos en que actuaron como delegados diplomaticos, es hora de que el señor Assange, enfrente ante las Autoridades, la osadía de ser el Robin Hood, de la información, no sin antes, acudir ante la justicia sueca.

     Detrás de la petición de extradición de Suecia, no hay persecusión política es completamente claro que así es, y si saliera bien librado el señor Assange, de las denuncias por delitos sexuales, y finalmente, Estados Unidos, solicitara su presencia en suelo norteamericano, no cabe duda que sin mucha prueba - pues él admitió publicamente ser el responsable de que la información se publicara en el sitio oficial de Wikileaks ´- que deberá probar que sus intenciones fueron nobles.

     En algo que si no debemos perder el norte es el clamor mundial en contra de la pena de muerte, o de la prisión perpetua.  Nada de lo actuado por el señor Julian Assange, amerita un castigo semejante, y reprochamos que ello pueda ocurrir.  El día que el señor Assange, deba asumir su responsabilidad en la sustracción de los documentos o videos, estamos completamente seguro que el gobierno que corresponda, sea Suecia o Inglaterra, deberá asegurarse que los Estados Unidos, en caso de llegar a un veredicto, no se impondrá ni una ni otra de esas sanciones.  No estamos en época de guerra, no existe la traición de un ciudadano que no es estadounidense, ni tampoco llegar a extremos.

    Toda actividad que implique el menoscabo de la custodia de propiedad privada es reprochable, sea videos, fotografías o documentos de actores, cantantes, funcionarios públicos, gobiernos, etc.   La época de los gargantas profundas (deeptrhoat) ya está superada, paso de moda.  Ahora los medios de comunicación, y cualquier otra persona, que aún no siendo periodista o comunicador, tenga como intención divulgar alguna información, debe procurar que sea por medio lícitos y dignos.  Y en caso de afectar a terceros, debe otorgar el derecho a la replica previo a su publicación para ser no solo responsable y objetivo sino justos y equitativos.

     Defendemos el derecho a informar y la libertad de prensa y expresión, pero no la que es irrestricta e ilímitada sino la que persigue el derecho a la información veraz para lograr el cometido que la misma conlleva. 

      Es entendible, que el gobierno britanico se sienta impotente, por no decir ofendido, ante la "tomada de pelo" del señor Assange, al escabullirse de la justicia.  El señor Assange, gozaba de libertad condicional, para no estar en prisión mientras la Corte Suprema, resolvía su apelación. Para Inglaterra, refugiarse en una Embajada, no solo es simbolo de evasión, sino también de desconfianza en el sistema judicial britanico. Entiendo, que nadie desea ser sujeto de una investigación criminal, menos en un país que no es el nuestro, pero desafortunadamente, todos estamos expuestos a que en algún momento de nuestras vidas, seamos llamados por el Ministerio Público.   Es reprochable que algunos medios de comunicación, inmediatamente se conviertan en jueces, y castiguen al señor Assange, quien no ha sido condenado por Tribunal alguno.

      Si aún vivimos en sociedades civilizadas y creyentes en el sistema democratico y judicial, se debe esperar a que termine el proceso en todas sus etapas para atribuirle a alguien un delito con carácter de firme. Mientras tanto el señor Julian Assange, es inocente. El siguiente paso de la diplomacia, no es que el señor Assange, evite a la justicia Sueca, sino que se le otorguen las garantías que no será enviado a los Estados Unidos, una vez que las investigaciones hayan sido finalizadas en el país nordico. 


        En resumen, luego de tener total conocimiento de los antecedentes y las últimas noticias, la posición ecuatoriana fue completamente desacertada.  En la petición de extradición sueca, no hay tinte político, se trata de sospechas en delitos comunes.  No se puede aprovechar de esta coyuntura para sus políticas demagogas, y para la buena marcha del principio del buen vecino a nivel internacional, debe dar marcha atrás a su decisión y permitir que el gobierno britanico cumpla con sus leyes, y que Suecia, realice la entrevista al señor Assange.  Tengamos certeza que serán millones los pares de ojos que estarán al tanto de lo que ocurra con ese proceso judicial.  Pero no se debe mezclar una cosa con la otra.

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