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LA SEÑORA DETRAS DEL TRONO JUDICIAL

     En esta nueva entrega sobre los SECRETOS DEL PODER JUDICIAL, vamos a abordar un tema que a los señores Magistrados de la época de finales del año 2000, quisieran olvidar o al menos, que nadie se entere.  Vamos al punto.

     El Juzgado de Tránsito del Primer Circuito Judicial de San José, si no lo sabían, quedaba ubicado en la primera planta del Edificio de los Tribunales de Justicia, exactamente, la misma infraestructura al lado del Edificio del Organismo de Investigación Judicial, en el verdadero circuito judicial de la capital.  Quien ingresaba por las amplias puertas de cristales, caminaba en el interior del inmueble hacia el Oeste, y luego en el primer corredor frente al Registro de Delincuencias, llegaba al despacho judicial, si se tenía una gestión que realizar en asuntos de tránsito.

    Bien, por razones de desarrollo, gracias a los aportes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), mientras se gestionaba los famosos MEGADESPACHOS, en el segundo circuito judicial de San José, o mejor conocidos los Tribunales de Goicoechea, en el Juzgado de Tránsito del Primer Circuito, se instauró la figura del administrador de despacho, y la del Consejo de Jueces. ¿Por qué?


     Bueno, quienes no lo recuerdan, o no vivían en esas épocas, anteriormente existían más de una oficina de Tránsito, pero conforme a las reformas "futuristas" del Poder Judicial, se refundieron, y se convirtió en un "megadespacho" donde convergieron auxiliares - oficinistas - y jueces de diferentes juzgados, en uno solo. Así, que la solución fue crear el Consejo de Jueces, o unión de todos los jueces, bajo el mando de un "coordinador".   Otra de las grandes mejorías, fue quitarles a los jueces, la parte administrativa, la cual era engorrosa y les distraía de su función principal, que era resolver los diferentes asuntos en su conocimiento.  De ahí nace el Administrador de Despacho.

      Como todo en la vida, las novedades son díficiles de digerir por quienes deben aplicar las reglas del juego. Así, que al inicio los Administradores del Despacho, se consideraron, no como complemento o accesorios, sino como co-Directores, junto al Coordinador del Consejo de Jueces.  De ahí, que a veces, ocurrían dificultades en la administración del despacho, ante las desaveniencias entre dos "caciques" bajo el mismo techo.

      En el Juzgado de Tránsito del Primer Circuito Judicial, el cargo de Administrador, recayó en la sombría figura de la licenciada Xiomara Sequeira Quiros, pues nadie conocía su procedencia o su experiencia para este cargo tan importante. Sin embargo, se le nombró para realizar la función de coadyuvar con los señores Jueces, en que el trabajo fuera lo más eficiente posible, es decir, conseguir papelería, lapiceros, grapas, las relaciones laborales con los empleados de menor rango, etc.

     Otro de los grandes avances en estos megadespachos, era lo correspondiente al sistema informatico que permitiera un avance en el control de las causas o expedientes que ingresaban, se tramitaban y se fallaban. Esto también quedo en manos de la señora Administradora Sequeira Quiros.  Así que los señores Jueces, únicamente se limitaban a realizar audiencias, conocer de los conflictos y fallar, entre otras cosas.  Parecía que todo sería un cuento de hadas en la oficina. Pero no fue así.

    En un giro del destino, y aparentemente ganando reputación entre los señores Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, la señora Administradora, comenzó una cruzada de acumular más funciones que irritaron de alguna forma a los señores y señoras Jueces del Despacho Judicial; empezando una campaña campal, que conllevó a una intervención inmediata - solicitada por la señora Administradora - de una unidad del departamento laboral del Poder Judicial, que provocó la caída de los Juzgadores, y el entronamiento de la señora Administradora, ante los ojos del resto de empleados.

      El resultado fue, la reubicación de los Jueces en diferentes despachos judiciales, por todo el territorio nacional, y el traslado del Juzgado, a un nuevo edificio, en Barrio Aranjuez.  La victoria había sido de la señora Administradora del Despacho.

      Una de las funciones del Juzgado de Tránsito, es recibir las boletas que los inspectores de tránsito levantan a los conductores, por diferentes infracciones a la Ley de Tránsito.  Conforme a la disposición legal del año 2000, todas las sanciones que hubieran sido falladas por los jueces de tránsito, corrían el peligro de convertirse en incobrables, por el trasncurso del tiempo, mejor conocida como el instituto de la prescripción, si el Poder Ejecutivo, a través del Consejo de Seguridad Vial, no realizaba el cobro respectivo a los deudores.  Es decir, el Juzgado de Tránsito, solo dictaba la sentencia y las comunicaba al Consejo de Seguridad Vial, y éstos en menos de dos años, debían obligar por los medios legales, a que los conductores pagaran las multas con sus intereses.

         Aquí viene la parte más escabroza de la historia.  En el año 2002, propiamente entre Marzo a Abril, y sin que se comentará el caso a la luz pública, a traves de los medios de comunicación.  La señora Administradora, Licda. Xiomara Sequeira, ordena a sus subordinados, la re-impresión de más de 500 sentencias de boletas de multas fijas, que supuestamente ya habían sido falladas entre el año 2000 y 2001, es decir, que en el sistema informático, cada una de ellas ya tenían sentencia, pero las mismas no aparecían físicamente en los archivos del Juzgado, y sin copias ante el COSEVI.  Al parecer coincide con la época del traslado de las oficinas del Juzgados del edificio de los Tribunales primer circuito a su sede en Barrio Aranjuez, y las mismas desaparecieron.  La pregunta ronda en las mentes de los más acuciosos: ¿Si cada una de más de esas 500 boletas tenían sentencias judiciales, por qué volver a imprimirlas y firmarlas?

         Un ejemplo de esta irregularidad, sería como ejemplo que Alberto, un conductor infractor ficticio, en el año 2000, sabe que tiene en su contra una sentencia por multa fija, y por tanto, debe pagar.  Pero, no hay copia de la sentencia en el COSEVI, por lo que puede realizar trámites de licencia y si quiere retirar placas porque la multa no existe. Pero luego del año 2002, la sentencia aparece, y ve con horror que ahora esa boleta tiene un nuevo fallo - previo a la prescripción - donde se le condena su licencia o vehículo, con el gravamen por esa nueva sentencia.  Es decir, ahora por ese "ardid" el tiempo de prescripción nunca existió y vuelve a correr dos años, hasta el 2004.  Espero que puedan detenerse por un momento, señores lectores, y regresen las veces necesarias a leer este apartado hasta que quede bien comprendido.

           La señora Administradora del Despacho, e incluso la señora Juez Coordinadora, minizaron el asunto, aduciendo que se trataba de un asunto técnico, a nivel de estadísticas del despacho, que en modo alguno afectaba la confianza y seguridad jurídica en el Poder Judicial, por lo que el fallo de esas 500 boletas no tenía complejidad ni efecto negativo alguno para el juez que las firmará ni para los usuarios.

¿Es que hay algo aquí podrido que huele mal y solo debemos limitarnos a taparnos la nariz y dejar pasar las cosas?

               Pues bien, todo esto sería un oscuro secreto detrás de las paredes del glorioso y sacrosanto Poder Judicial, si no fuera, que la olla fue destapada precisamente por el Juez interino, que llego en el año 2002 en plaza extraordinaria, que era abogado litigante sin carrera judicial,  a quien le obligarón firmar esas sentencias. Así como lo está leyendo.  Las autoridades superiores del Poder Judicial, incluyendo a un Magistrado de apellido Chávez, y Consejo Superior, al conocer de estas aparentes irregularidades, en lugar de llevar a cabo una inmediata investigación, nuevamente, como había ocurrido en el pasado, acuerparon a la señora Administradora, y designaron precisamente al Magistrado Alfonso Chaves, para que interviniera y le recordara al Juez interino, sobre las sanciones disciplinarias por su renuencia a seguir las instrucciones de los superiores. ¿Y la independencia del Juez? ¿Es una opción sensata viniendo de la Institución que debe velar por el descubrimiento de la verdad real y quien debe proteger a las ciudadanos, incluso de sus propios actos?

                  Muchos conductores ignoran esta situación, y pudieron haber pagado, multas que ya estaban prescritas, y lo peor es que por necesidad, en sus licencias o vehículos, debían hacerlo sin que pudieran hacer absolutamente nada, por cuanto desconocían esta situación, que las propias autoridades judiciales de la época, optaron por ocultar, dejando en desamparo a la ciudadanía en contra de los preceptos constitucionales y de los principios que inspiran la existencia de la institución como uno de los pilares de la democracia.

                  No soy abogado ni Juez, pero con dos dedos de frente de inteligencia, en los zapatos de aquel infortunado Juez interino, si el patrón me ordenará realizar algo que con sus estudios o experiencia, huele mal, también me abstendría a hacerlo. ¿Cómo lo lograron, entonces?

                 Se designa a un alto Magistrado, para que converse con el señor Juez interino. De esa gestión no existen registros, que realmente conversaron entre ellos. Solo hay prueba documental en las actas del Consejo Superior, que el Juez Interino, de apellido Calero Miranda, buscaba le explicaran el tan inusual proceder de fallar nuevamente lo que ya había sido fallado, y se mostraba perplejo del modo como fue tratado posteriormente, pretendiendo que el ambiente laboral le fuera no del todo tranquilo ni pacifico, como se desprende de dichas actas del mes de abril. Al final, algo ocurrió que todo quedo entre "familia", y las cosas quedaron sepultadas, sin que la opinión pública conociera el caso.     Posteriormente, por una fuente confidencial, conocimos que el Juez Interino, tuvo la visita de un miembro influyente del Consejo Superior, y gran amigo de la señora Administradora Xiomara Sequeira, y luego de ello, le cayó una investigación del Tribunal de la Inspección Judicial, algo así como la gestapo en la época de la Alemania ocupada, y el señor Juez interino, finalmente fue trasladado al Juzgado de Tránsito del Segundo Circuito Judicial de San José, después de aplicarle el acoso laboral.

           También de buena fuente, llego a nuestro conocimiento, que la señora Administradora Xiomara Sequeira, y la nueva Juez Coordinadora, de nacionalidad panameña del juzgado, gestaban la "salida inmediata" del Juez interino, con ayuda de algunos auxiliares judiciales.  Sin embargo, a una semana de que se realizara una audiencia en el Consejo Superior, para escuchar los argumentos de estas dos "Jefas" de la oficina, en un lamentable accidente - irónicamente de tránsito - la señora Xiomara Sequeira, conduciendo el vehículo de una familiar, dentro de una urbanización al este de la capital, muy cercana de su residencia, se salió de la calle principal y se precipitó por un abismo, siendo aplastada por el automotor e hiriendo a su hermana, quien la acompañaba.  La causa según los forenses, fue la cantidad de pastillas que había ingerido, por razones psicológicas, era parte de su tratamiento médico.

                La historia de la señora detras del trono judicial, había llegado a su fin, sin que realmente no fuera documentada por nadie, dentro o fuera, hasta el día de hoy.  Las reacciones del deceso de esta extraña, pero poderosa personaje, fueron distintos. Quienes perdieron en aquella batalla, años atrás, y fueron reubicados, precisamente sintieron que hubo una especie de justicia divina.  Solo uno de los miembros del Consejo Superior, quien hoy en día se encuentra pensionado, y los mejores amigos de la señora, y Magistrados, algunos que ya también pasaron a jubilación, sintieron la perdida humana de quien en su momento, lograba destruir la vida laboral de hasta un Juez, si así se lo proponía. 

           El corolario de todo esto es, quien revise las actas del año 2002, propiamente a principios del mes de Abril, se encontrará que increiblemente, ante una denuncia anonima, se designa a un Magistrado, no solo para que haga las respectivas averiguaciones del caso, sino que le recuerde al Juez renuente, sobre sus responsabilidades ante el reglamento disciplinario. Entonces, ¿Qué clase de Juez, es lo que tienen en el Poder Judicial, que ante una denuncia anonima, logran que se designe un Magistrado de la República, para que haga entrar en razón a un funcionario judicial, en lugar de verificar la existencia de irregularidades?


       Si nos atenemos a la certeza de las actas del Consejo Superior. El Juez invlocurado replicó ante tal denuncia anonima, y con gran valor informó sobre las atrocidades que venían ocurriendo con la señora Administradora del Despacho, en perjuicio no solo de la función jurisdiccional sino de la credibilidad y confianza del Poder Judicial ante los usuarios. ¿Qué ocurrió ante esta denuncia con nombre y apellidos del señor Juez? ¿Designaron a un Magistrado para realizar las averiguaciones del caso? ¿Llamaron a cuentas a la señora Administradora del Despacho? ¿Se abrió causa penal contra los responsables?  No, absolutamente nada.  Simplemente los miembros del Consejo Superior decidieron "tomar nota" de las manifestaciones del señor Juez, y dejar las cosas tal y como estaban.   Este secreto son de los que el Poder Judicial, prefieren que jamás salga a la luz pública, porque coloca en mal a sus autoridades. ¿Qué hubo detrás de todo esto?

    ¿Será que en realidad, hubo complacencia entre las autoridades del Consejo Superior, para nombrar a un Juez interinamente, con la única razón, de utilizarlo de conejillo de indias, como forma de encubrir una falla en las responsabilidades de la señora Administradora del Despacho? ¿Será posible, que se buscaba un chivo expiatorio para acreditarle más de 500 sentencias de boletas fijas que ya prescritas, deseaban revivir jurídicamente porque no tenían soporte documental para justificar su cobro? ¿Se prefirió sacrificar a un miembro del claustro de jueces, para salvar el pellejo de una Administradora de Despacho, como había ocurrido años anteriores en esa batalla personal entre ella y los jueces de la oficina?


        Si el Consejo Superior, hubiera actuado como lo demandaba la ocasión, estas preguntas no seguirían sin respuestas. Los funcionarios públicos, como los Magistrados, deben corresponder a su investidura, y brindar seguridad jurídica a los ciudadanos, incluso frente a amenazas provenientes de la misma institución.  Oficialmente, no hay nada escrito en los medios de comunicación sobre esta situación. Ya el Juez involucrado, no labora desde el 2006, en el Poder Judicial, aunque se puede registrar dos procedimientos disciplinarios en el Tribunal de la Inspección Judicial. Una por parte de la Juez Coordinadora del Despacho del Primer Circuito Judicial, que luego fue declarado sin lugar por falta de fundamento, pero que llevo al señor Juez, a defenderse por más de tres meses, con recepción de testigos, etc., y luego hay otro expediente administrativo, iniciado por otra "denuncia anónima" proveniente de la Sala Tercera de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia, y como no creemos en coincidencias, debemos indicar que precisamente en ese despacho, en ese entonces era Magistrado el licenciado Alfonso Sánchez. Efecitvamente, el mismo que el Consejo Superior designó para conversar con el Juez "rebelde", y el mismo, quien éste Juez, señaló de haber recibido la denuncia personalmente de lo que ocurría en el Juzgado, mientras fungía como Presidente de la Corte, en forma interina. Así de fuerte era la influencia que inició la señora detrás del Trono Judicial del 2002, quien se ufanaba de tener fuertes contactos en las altas esferas de la Corte Suprema de Justicia, donde decía ingresaba a las oficinas de los señores Magistrados cuando quisiera. Parece que por los hechos había verdad en todo ello.

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