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LA FECUNDACION IN VITRO Y LA IGLESIA

 
 A raíz de la nueva cruzada orquestada por la Iglesia Católica, a nivel mundial, para oponerse a las técnicas de fecundación in vitro, Costa Rica, no ha quedado al margen del nuevo movimiento eclesiástico que busca como obstaculizar una legislación que regule este avance científico, a raíz de una sentencia condenatoria de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

    Aquí hay que ver el tema en dos vertientes, una desde el punto de vista político-legal y el otro desde el punto de vista científico.

      POLÍTICO-LEGAL

             No es una cuestión de capricho gubernamental que se encuentre un proyecto de ley en la Asamblea Legislativa , para regular los procedimientos de fecundación in vitro. Es a raíz que Costa Rica, suscribió un convenio internacional, en el que se comprometió a respetar los fallos vertidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.  Una vez que fueron vencidos en es proceso judicial, como un Estado de derecho, tiene que adecuar su legislación a la sentencia condenatoria.


                   Parece una respuesta fácil, pero en buena técnica legal así es. La Iglesia pretende que el Estado de Costa Rica, no su gobierno, incumpla con su obligación jurídica. ¿Ha sopesado la iglesia esas consecuencias?  Una cosa es que desde sus charlas ecuménicas, el púlpito en las misas semanales, etc., viertan su opinión a sus feligreses con el objetivo de hacerles el llamado a que realicen la fecundación natural y se olviden de acudir a las técnicas de laboratorio.  Pero otro es hacer el llamado a la población católica a oponerse en contra de las actuaciones del gobierno que le aparten de sus responsabilidades como Estado.


                   Con mucha sabiduría Jesús, afirmaba a los fariseos, "Dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios". pero la Iglesia actual vuelve a repetir los errores por los cuales el hoy santo Juan Pablo II, pidió perdón por las atrocidades que marcó a una Iglesia históricamente más política que sumida en los ministerios del Creador.


                     El gobierno no puede dar marcha atrás por presión de la Iglesia, y la Iglesia, se ha desviado de su camino, al pretender levantar a la población en contra de los deberes de su gobierno. La Iglesia no está llamada a hacer una revuelta bajo la premisa que es su obligación como pastor decidir por su rebaño lo que es bueno o malo, correcto o incorrecto, porque en esos aspectos, Dios doto de libre albedrío a sus hijos para que tomaran ellos mismos esa decisión.  La Iglesia debe saber guiar no confrontar.

                         Entonces, si el gobierno de Costa Rica, tiene un mandato legal que le obliga a acatar las sentencias de la Corte Inter americana de Derechos Humanos, en el tema de la fecundación in vitro, ¿qué pretende la Iglesia promoviendo la oposición popular contra el proyecto de ley?


                        Si la posición oficial de la Iglesia es que no se puede aceptar este tipo de avances científicos en aras de proporcionar de felicidad y alegría a las parejas que no pueden procrear, entonces, debemos concluir que esas parejas no son bien vistas a los ojos del Vaticano y su política en contra de la fecundación in vitro. ¿Serán excomulgados quien ose oponerse a las directrices de sus pastores?  

                         Las relaciones gobierno-iglesia, han venido funcionando con estabilidad cuando ni el uno ingresa en los terrenos del otro, ni mucho menos la provocación de la iglesia para que el gobierno incumpla sus obligaciones internacionales. La aceptación de sus labores y responsabilidades es parte del mutuo respeto y convivencia. Así que la tarea de la Iglesia es guiar a las parejas de su comunidad para que desechen la idea de someterse a esa intervención científica, pero no es el propósito de una Iglesia cristiana, imponerse a los derechos de quienes no son parte de su comunidad, pues la ley de la república es para aplicar a todas y todos los ciudadanos costarricenses, sin distinción alguna ni siquiera la fe que profese.

EL DIVORCIO FE Y CIENCIA

     Finalmente, parece ser que se esta reeditando el juicio eclesiástico contra Galileo Galilei, para obligar a éste que se desdiga de sus predicas que atentaban contra la creencia de la Iglesia de que la Tierra giraba alrededor del sol y no al revés.

      A estas alturas del siglo XXI, la Iglesia debe reconocer que gracias a los avances científicos, se ha prolongado la vida más allá de las expectativas de cuando nació el cristianismo. Esa resistencia de los diferentes Vicarios que se han sentado en la silla de Pedro, solo es en apariencia porque en el fondo comulgan con los avances de la ciencia.

      Muchos sacerdotes viajan en vehículos de combustible, en aeronaves y posiblemente si encuentran vida en Marte, haya irá un representante de la Iglesia a llevar el evangelio a los marcianos.

  Los miembros del clero, llevan anteojos, relojes, celulares, tablets, utilizan Internet, y sin duda alguna, sin duda alguna reconocen la importancia de la ciencia en sus vidas, además que se aferran a ella pues, acuden a hospitales, clínicas y laboratorios para poder conservar sus vidas.

      Hoy en día es posible que muchos sacerdotes en edades avanzadas, tengan que utilizar protesis de cadera, de rodillas, de extremidades, para continuar sus vidas, incluyendo las operaciones de cataratas, de corazón, de quimioterapia, etc., por lo cual no se encuentra razón alguna para que se opongan a los adelantos que ha cambiado el rumbo de la humanidad.

    Aunque aún no se ha logrado sustituir el material genético ni tampoco poder descubrir la estructura de los genes, ni de las cadenas de ADN, para realizar la clonación, la ciencia parte de elementos existentes para producir vida.  Y a lo largo de la historia, la ciencia ha tenido que realizar todo tipo de experimentos, a veces, reprochables para poder prolongar la vida humana.  Eso es incuestionable. ¿cuántos conejillos de indias, ratas, murciélagos, delfines, etc., han tenido que sufrir como objeto de estudio para crear nuevas vacunas y remedios que sanen a las personas?

  La Iglesia se contradice al señalar que la Fecundación In vitro va en contra de la fe, cuando en realidad, el objetivo de la fe y de las enseñanzas cristianas, es alcanzar la mayor felicidad como ser humano. Amaos los unos a los otros, no es un monopolio de interpretación libre de la Iglesia, que solo se puede amar a quien obedece las reglas instauradas por el Vaticano, sino quien logra vivir en paz con los demás.  Levantar a los feligreses en contra de las tareas del gobierno, no es algo que signifique armonía sino todo lo contrario, anarquía y caos, muy lejos de las enseñanzas del Señor.


      Una pareja busca prolongar su propia existencia, pues cuando se dijo "multiplicaos", no se dijo en qué forma, solo que la función del matrimonio o de una relación de hombre y mujer, es precisamente, prolongar la existencia de la raza humana.   Y no hay un conflicto entre esto y el método que se adopte para cumplir ese fin, y no hablamos de algo maquiavelico sino que es parte de la misma fe católica, que Dios no solo le entregó libre albedrío al hombre, sino también inteligencia para ser creativo y realizar maravillas, como es lograr que un ser por momentos nazca a través de un tubo de ensayo para ser implantado en el vientre de su madre. En el puente para cumplir con esa tarea.

   ¿Cómo fue posible que María se embarazara sin perder su virginidad? No fue por medio de la fecundación natural, y no por ello, cuestionamos los designios del Señor.  Él lo deseaba así. ¿ No va a entonces a desear que las parejas sean felices, cuando existen los medios científicos para ello, y no precisamente embrazarse por el medio natural ?

      Gracias a la ciencia, el hoy santo Juan Pablo II, salvó su vida, en aquel atentado en la plaza de San Pedro, en 1981.  La ciencia permitió que el Vaticano continuará con su Vicario, y gracias a la ciencia, ha sido de los papas contemporáneos que más se recuerda con nobleza y cariño, al punto de ser beatificado y elevado al nivel de santo.  Ese Papa llevo felicidad a niños, jóvenes, adultos y ancianos en todo el mundo católico y algunos no católicos. ¿por qué entonces oponerse a que la ciencia lleve la misma felicidad a hombres y mujeres que no pueden procrear en forma natural?


     Aunque no es dable ser más papita que el papa, en una pasaje bíblico del nuevo testamento hay un hermoso episodio en que los apóstoles del Señor, evitaban que los niños se le aproximaran a saludarlo, y emitió un mensaje de amor "Dejad que los niños vengan a mi..."  No solo se refería a los infantes de su época, sino de las venideras, porque de ellos es el reino de los cielos.  Es cierto que la fecundación in vitro no existía en la era de Jesús, pero su juicio no solo hacía referencia a la admisibilidad que los niños deben tener a la misión evangelizadora de la Iglesia, sino que les dejaran venir al mundo.  Es lo que las parejas, hombre y mujer, le piden a la iglesia que comprendan: "Dejad que los hijos vengan a nosotros"

     Se debe ser consecuente con una Iglesia que goza de los mismos derechos y obligaciones como residentes del Estado de Costa Rica, obedecer las leyes no solo de Dios sino del Estado.

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